Circe aconseja a
Odiseo de que vaya a Hades para ir a buscar a Tiresias, un adivino ciego el
cual le de consejos y que debe hacer para su viaje de retorno a Ítaca. En la
cultura griega era muy común que las persones creer en los oráculos que creían
que los dioses les hablaban mediante los adivinos. Existían muchos oráculos en
Grecia, pero sin duda el más importante era el Templo de Apolo en Delfos.
Normalmente, las
respuestas de los oráculos eran un poco ambiguas para que pasase lo que pasase
siempre tuvieran razón. Por ejemplo, Jerjes pregunto cuál sería el resultado de la guerra y el oráculo le
respondió que se destruiría un gran ejército que acabo siendo el suyo. En el
caso de Edipo, el oráculo lo que predijo lo predijo sin ambigüedad, y aparte de
los esfuerzos de Edipo para que no se cumpliera la profecía, se cumplió y acabo
matando a su propio padre.
A Grecia también existían
adivinos que te decían la voluntad de los dioses a partir del vuelo de los pájaros,
las vísceras de los animales sacrificados, los sueños etc.
Existió también
una adivina llamada Casandra. Era hija del rey de Troya y su desgracia (la de
Tiresias era estar ciego) era que nadie la creía a pesar de que sus predicciones
siempre eran ciertas. Ella fue quien dijo que no dejaran entrar el caballo de
Troya, que era un engaño, pero nadie la hizo caso.
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